En el episodio #20 de «Reflexiones de un Peregrino» revisamos, entre otros textos, el significado de «fuego eterno», ya que algunos creen que ese fuego es una razón para creer en el infierno, tal como lo entiende la mayoria de las religiones cristianas (y algunas no cristianas).
Transcripción
En el pasado podcast revisamos un versículo que algunas personas consideran como argumento suficiente para sostener que la Biblia habla del infierno. El versículo estaba en 1 Pedro 3:18-19 y realmente decía que Jesús predicó a los antediluvianos a través de Noe. Pero hay otros textos que también se utilizan para hablar del infierno, por ejemplo, aquellos textos que hablan de la destrucción de los impíos a través del fuego eterno, ¿qué querrán decir?
Veamos algunos versículos que dicen que los pecadores serán destruidos a través del fuego eterno.
Mateo 18:8 (NVI) Si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y arrójalo. Más te vale entrar en la vida manco o cojo que ser arrojado al fuego eterno con tus dos manos y tus dos pies.
Mateo 25:41 (NVI) Luego dirá a los que estén a su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Judas 1:7 (NVI) Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza.
También se utiliza el concepto “castigo eterno”, como en Mateo 25:46, donde Jesús habla de la parábola de las ovejas y los cabritos. Dice, acerca de los cabritos:
Mateo 25:46 (NVI) Aquéllos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
También tenemos textos del apóstol Pablo, utilizando el mismo lenguaje:
2 Tesalonicenses 1:6-9 (NVI) Dios, que es justo, pagará con sufrimiento a quienes los hacen sufrir a ustedes. Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros. Esto sucederá cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles, para castigar a los que no conocen a Dios ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. Ellos sufrirán el castigo de la destrucción eterna, lejos de la presencia del Señor y de la majestad de su poder,
Aquí se dará “retribución” en “llama de fuego”, con “eterna perdición” o “destrucción”.
Lo que habíamos leído en Mateo, también se repite en Marcos, pero con una ligera variación. En vez de decir “fuego eterno”, dice “fuego que nunca se apaga” (el texto completo se puede revisar en Marcos 9:43-48).
Marcos 9:43 (NVI) Si tu mano te hace pecar, córtatela. Más te vale entrar en la vida manco, que ir con las dos manos al infierno, donde el fuego nunca se apaga.
Como revisamos en dos episodios atrás, aquí no está realmente la palabra infierno, sino la palabra Gehena, o que es lo mismo Valle de Hinóm. Y como revisamos en su momento, era un lugar donde se hacían sacrificios humanos, y entre el pueblo de Israel se hablaba de ese lugar en forma figurativa, refiriéndose al castigo de Dios. El detalle interesante aquí es que este fuego “nunca se apagará”. Aquí la palabra “nunca” no aparece realmente la palabra en el texto original. Y da una idea imprecisa. La palabra que realmente aparece ahí es la palabra griega “asbestos”, que significa un fuego que no puede apagarse. Es inextinguible. Así que es parecido, pero vamos a ver que decir que un “fuego no se apaga”, es menos preciso que decir que es un “fuego nadie puede apagarlo”.
Hay que entender el asunto del fuego o castigo eterno, de acuerdo con la escritura. No podemos dejar que sean nuestros preconceptos los que interpreten la Palabra. Debemos buscar en la Biblia, qué se entiende por fuego eterno.
Una cosa que nos puede ayudar a entender es la historia de la destrucción de Sodoma y Gomorra, ¿Qué clase de fuego cayó sobre Sodoma y Gomorra? Judas lo explica en el texto que ya habíamos leído:
Judas 1:7 (NVI) Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza.
Dichas ciudades sufrieron el Fuego Eterno. Pero en los mismos versos queda claro que las ciudades desaparecieron y quedaron consumidas. Ya no hay fuego que siga ardiendo en aquel lugar. Pedro repite la idea de Judas, pero destacando que las ciudades fueron completamente destruidas, y que no están aún quemándose.
2 Pedro 2:6 (NVI) Además, condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra, y las redujo a cenizas, poniéndolas como escarmiento para los impíos.
Es decir, fueron consumidas con fuego eterno, pero se apagaron. Las ciudades no se queman eternamente, sino el fuego que las consumió es “eterno”. ¿Por qué? Simplemente porque es fuego que proviene de un Ser Eterno. Preguntémonos, ¿Qué es fuego eterno? Moisés nos explica esto en Deuteronomio:
Deuteronomio 4:23-24 (NVI) Tengan, pues, cuidado de no olvidar el pacto que el Señor su Dios ha hecho con ustedes. No se fabriquen ídolos de ninguna figura que el Señor su Dios les haya prohibido, porque el Señor su Dios es fuego consumidor y Dios celoso.
Moisés dice que Jehová es fuego consumidor, y la idea es repetida por Pablo:
Hebreos 12:28-29 (RV1995) Así que, recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia, porque nuestro Dios es fuego consumidor.
Pero, en realidad, no podemos creer que Dios es realmente un montón de llamas. Sino que el fuego es una característica de Dios. Vamos a ver que el fuego representa algo de Dios:
Éxodo 24:15-17(RV1995) Entonces Moisés subió al monte. Una nube cubrió el monte, y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí. La nube lo cubrió por seis días, y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube. La apariencia de la gloria de Jehová era, a los ojos de los hijos de Israel, como un fuego abrasador en la cumbre del monte.
Moisés dice que la Gloria de Jehová es como un “fuego abrasador”. El apóstol Juan vio lo mismo, tal como lo relata en
Apocalipsis 15:2 (RV1995) También vi como un mar de vidrio mezclado con fuego, y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, sobre su marca y el número de su nombre, de pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.
Esto es porque Apocalipsis 4 dice que frente o bajo el trono de Dios está un mar de vidrio. Y como la gloria de Dios es como fuego, su gloria se refleja en el mar de vidrio, y Juan vio como un mar de vidrio mezclado con fuego.
En conclusión, hay que entender que el fuego que consume a los pecadores es eterno, pero los que son quemados en ese fuego NO son eternos. El fuego es eterno, por que proviene de Dios, así que nadie puede apagar ese fuego. Es inextinguible. Pero todo lo que Dios somete a ese fuego será consumido. Así como las ciudades de Sodoma y Gomorra, con sus habitantes incluidos, como las personas que nunca acepten la salvación ofrecida gratuitamente. El castigo de los impíos dura para siempre (castigo eterno), porque no volverán a vivir. No hay más oportunidades. Su destrucción es eterna, el proceso de destrucción no es eterno, sino que el resultado de la destrucción, para esas personas, es eterno.
Vemos otro ejemplo de esto en Mateo 3:12. Juan el Bautista habla acerca del castigo de los impíos, en el fuego que no se apaga:
Mateo 3:12 (RV1995) Su aventador está en su mano para limpiar su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en fuego que nunca se apagará;
De nuevo, aquí el fuego que no se apaga es la palabra “asbesto2. Pero no es la paja la que no se apaga. Sino el fuego. De hecho, dice claramente, que la paja será quemada.
Es por eso por lo que, es importante tener en cuenta que la Biblia no sostiene la idea de que los impíos sufrirán por la eternidad. Ya vimos que el fuego es eterno, por no los quemados por el fuego. Veamos que dice la Biblia acerca de las personas que rechacen completamente a Dios.
Malaquías 4:1-3 (RV1995) Ciertamente viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa (NVI: paja). Aquel día que vendrá, los abrasará, dice Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas para vosotros, los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia y en sus alas traerá salvación. Saldréis y saltaréis como becerros de la manada. Pisotearéis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies en el día en que yo actúe, dice Jehová de los ejércitos.
El profeta Malaquías dice que Dios no dejará raíz ni rama (aquí se refiere a Satanás que es la raíz y sus seguidores las ramas, haciendo un paralelo de como Jesús es la vid, y nosotros los pámpanos).
Dice con claridad de que los malos serán ceniza. No dice que los impíos se quemarán eternamente.
Apocalipsis, acerca de destrucción de los impíos después del milenio, repite la misma idea.
Apocalipsis 20:9 (RV1995) Subieron por la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; pero de Dios descendió fuego del cielo y los consumió.
No ardieron para siempre. Del Ser Eterno, descendió fuego eterno, y fueron consumidos. No ardieron por la eternidad. Esto es el Gehena, malamente traducido como inferno. Y por favor nota, que esto sucede en la misma superficie de la tierra. No es un lugar místico en otra dimensión.
Es importante que quede claro que Dios no quiere que nadie pase por esta experiencia. Todos nosotros merecemos morir. Esa es la paga del pecado. Ezequiel dice que “el alma que pecare ciertamente morirá”. Y Dios purificará la tierra del pecado a través del fuego. Pero envió a Su hijo, para que muera por nosotros, y así nadie tiene que sufrir la muerte eterna. Pero después de la muerte de Cristo en la cruz, y el trabajo de todos los mártires que a través de las edades fueron muertos por causa del evangelio, muchas personas rechazan y desprecian la muerte sustitutiva de Cristo. El libre albedrio permite que cada persona tome sus propias decisiones en cuanto a la salvación. Y después de haber rechazado todos los llamados al corazón del Espíritu Santo, muchas personas aun así preferirán la paga del pecado en vez de la dádiva de Dios.