En el episodio #8 de «Reflexiones de un Peregrino», revisamos la diferencia entre el perdón de los pecados, y cuando Dios olvida nuestros pecados, de acuerdo a su promesa. Veremos que no se trata del mismo evento, y que ocurren en momentos distintos.
Transcripción
No cabe duda de que lo que Dios promete lo cumple, aun cuando su pueblo y sus hijos no le son fieles. Él siempre es fiel. Una de las mas grandes promesas de Dios es el perdón de nuestros pecados y el libro “El Camino a Cristo” nos da claridad de que, aunque Satanás intente hacernos sentir perdidos del todo, debemos aferrarnos a la promesa de que Dios vino a buscar lo que se había perdido.
Sin embargo, no siempre esta clara la diferencia entre estar perdonado y que nuestros pecados sean completamente borrados. En la mayoría del mundo cristiano, esta confusión es esperable y entendible. Pero entre el pueblo de Dios esto debe estar claro, porque el cómo y cuándo los pecados son borrados queda explicado en la doctrina del santuario.
Si Dios dice que los pecados son olvidados, ¿por qué la Biblia menciona que Dios tiene libros donde anota todos nuestros actos?
David dice en el salmo 32:1
“Bienaventurado aquel a quien es perdonada su transgresión, y cubierto su pecado”.
Y en el salmo 103:3
“Él es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades”.
El discípulo amado dice en su primera epístola, 1:9
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”.
Esa debe ser nuestra esperanza. Por otro lado, nosotros también debemos perdonar. El apóstol Pablo dice en su carta a los Colosenses 3:13
“De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”.
Así también, hay varios versículos que hablan de la eliminación de los pecados, o que dicen que Dios se olvida de ellos. Por ejemplo:
Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”.
Jeremías 31:34 “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”.
Miqueas 7:18-20“Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. (19) El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. (20) Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos”.
Hechos 3:19,20 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. y él envíe a Jesucristo, designado de antemano para vosotros”.
Lo importante es comprender que una cosa es recibir perdón por nuestros pecados, lo que es algo que obtenemos cada vez que nos arrepentimos de verdad. Esa es la garantía que el Señor nos dejó. Pero otra cosa diferente es que nuestro pecado sea borrado u olvidado por Dios. Porque gracias a la doctrina del santuario sabemos que eso ocurre cuando somos juzgados en el Cielo. Es decir, cuando el veredicto de nuestro juicio es “salvo”, entonces, solo entonces, nuestros pecados que ya están perdonados son borrados de los libros del Cielo y son puestos en el olvido.
Permíteme mostrarte los argumentos para esto.
Primero, vas a ver que los textos acerca del perdón de los pecados casi siempre van a estar redactados en presente. Es decir, que es algo que se puede obtener inmediatamente. Además, cuántos textos de los evangelios podemos encontrar donde Jesús perdonó los pecados en el mismo instante.
Por ejemplo, en Mateo 9:2-6 dice:
“Y le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados…”
Él nunca dijo, te los perdonaré cuando vaya al Cielo, donde mi Padre. Los pecados los perdonaba inmediatamente. Y ten presente que Jesús, en ese momento y mientras estuvo en la tierra, no era sumo sacerdote del santuario celestial. En el contexto del santuario, el se estaba preparando para ser el Cordero que sería sacrificado. Después de eso, después de ir al Cielo, Él sería sacerdote y oficiaría por nuestros pecados.
Siguiendo con el argumento, cuando vemos los textos sobre el borramiento de los pecados, vas a ver que están en futuro, y además en un contexto futuro.
Por ejemplo, cuando leemos Isaías 43:25 donde dice “yo soy el que borro tus rebeliones” vas a ver que ese capítulo de Isaías se refiere al juicio de Dios. Cuando leemos Jeremías 31:34 donde dice “no me acordaré más de su pecado”, vemos que ese verso esta en el contexto del Nuevo Pacto, el pacto que se sella con la muerte de Cristo y su obra intercesora en el santuario.
En Hechos 3:19,20 dice qué con arrepentimiento y conversión, nuestros pecados “serían borrados”. En ese texto, Pedro vincula el borramiento de los pecados con el derramamiento de la lluvia tardía (tiempo de refrigerio) y con el retorno de Cristo.
Hablando más claramente, es importante entender que lo que la Biblia llama “borrar los pecados” y “olvidar los pecados”, es lo que entendemos como la “purificación del santuario”. Por que todos los pecados confesados han sido depositados en el santuario, simbólicamente con la sangre de Cristo en la cortina de separación entre el Lugar Santo del Santísimo.
El libro Cristo en su Santuario, página 117 dice:
La obra del juicio investigador y el acto de borrar los pecados deben realizarse antes del segundo advenimiento del Señor. En vista de que los muertos han de ser juzgados según las cosas escritas en los libros, es imposible que los pecados de los hombres sean borrados antes del fin del juicio en que sus vidas han de ser investigadas. Pero el apóstol Pedro dice terminantemente que los pecados de los creyentes serán borrados “para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo”. Hechos 3:19, 20. Cuando el juicio investigador concluya, Cristo vendrá, junto con su recompensa, para dar a cada ser humano según sus obras.
Dios tiene anotados todos nuestros actos, e incluso hay muchos textos inspirados que hablan de que los ángeles anotan todo lo que hacemos. El punto es qué, si al lado de nuestro nombre dice PERDONADO, no tenemos nada que temer. Sin embargo, si los pecados no están perdonados, serán utilizados en nuestra contra en el Día del Juicio. Mira lo que le dijo Dios a Jeremías acerca de Su pueblo.
Jeremías 14:10 “Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: Se deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad, y castigará sus pecados”.
Cristo en Su Santuario, página 116 dice:
A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y por medio de la fe reclamen la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres en los libros del cielo; como llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus pecados serán borrados y ellos mismos serán considerados dignos de la vida eterna.
Citando Apocalipsis 20:12, Cristo en Su Santuario, página 40, dice:
“En el gran día del juicio final los muertos han de ser juzgados “por las cosas que” están “escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12”
Y Ellen White afirma en este punto:
“Entonces, en virtud de la sangre expiatoria de Cristo, los pecados de todos los que se hayan arrepentido sinceramente serán borrados de los libros celestiales. En esta forma el Santuario será liberado, o limpiado, de los registros del pecado. En el tipo, esta gran obra de expiación, o el acto de borrar los pecados, estaba representada por los servicios del Día de la Expiación; o sea, la purificación del Santuario terrenal por medio de la eliminación de los pecados que lo habían manchado, en virtud de la sangre de la víctima”.
En conclusión, el borramiento de los pecados es sinónimo del día de la expiación. Fíjate que el texto que acabo de leer dice perdón de los pecados en pasado, y luego dice borrar los pecados en el futuro, hablando de la conclusión del juicio.
No debemos tener duda que el Señor, en Su amor y paciencia, cuando nos perdona, el nunca trae nuestros pecados perdonados a nuestra mente. O es nuestra propia falta de fe, o es Satanás, pero debemos confiar en el perdón de Dios. Sin embargo, el registro de nuestro pecado aun queda en el Cielo y debe ser borrado con la Sangre Cristo, durante el proceso de expiación. Cuando el juicio termine en el Cielo, y cada nombre haya sido revisado, entonces, los pecados de los salvos serán borrados y olvidados.