En el episodio #25 de «La Mesa del Remanente» conversamos sobre la relación entre la alimentación, el sistema inmunológico y las enfermedades.

Transcripción

Durante estos años he visto y leído fascinantes historias sobre personas que han comprendido la importancia de tomar el asunto de su salud en sus manos. Considerar la salud como parte de nuestras responsabilidades diarias es un paso fundamental para lograrla. Debemos comprender también que tener salud total no es un fin en sí mismo sino un medio para lograr bienestar integral, desarrollo personal, ser útiles en la sociedad, y ser felices, como es el plan de Dios para todos nosotros. Pero, ¿cuánto de todo esto nos ha quitado la enfermedad?  ¡Muchísimo! Más de lo que cada uno quisiera. Ahora, si lo vemos desde un punto de visto más amplio, la enfermedad no solo supone un gasto y grandes desventajas para la persona enferma y su familia, sino también para los gobiernos. Cada año estos destinan millones de dólares en lo que se llama el presupuesto de salud. Aunque se gasta muchísimo en tratar las enfermedades y sus complicaciones, las personas siguen enfermas y expuestas a la enfermedad. Las intervenciones sanitarias financiadas por los gobiernos simplemente no están conduciendo por el camino de la salud, no porque ellas sean ineficaces en sí mismas, sino porque el rol de cada uno es el pilar para avanzar por la senda del bienestar integral. Debemos comprender que tener salud total depende más de mí mismo, de mis decisiones diarias, de mis hábitos y especialmente de mi alimentación.

Hemos comentado que la comida es clave a la hora de tener salud. En realidad, es un hecho científico. Miremos las enfermedades más comunes hoy: Obesidad y sobrepeso, Diabetes, Hipertensión, cáncer, asma, alergias de todo tipo, problemas de salud mental, enfermedades autoinmunes, y la lista sigue. La evidencia científica muestra con claridad que todas estas enfermedades y muchas otras dependen de la alimentación y de nuestro estilo de vida actual. El sedentarismo, el consumo de tabaco, los problemas de sueño, consumo de drogas y estimulantes, son parte de los factores que nos están conduciendo por el camino de la enfermedad que nos roba la felicidad de vivir.  Todas estas conductas son negativas para la salud y dan señales para que se activen genes que nos conducirán por la enfermedad. Esto es otro hecho científico. La epigenética tiene mucho que ver con nuestros hábitos, ¿lo recuerdas? De la misma forma lo hace la alimentación. Si seguimos la alimentación occidental, es decir comemos productos y ultra procesados ricos en proteína animal, grasas saturadas y azucares refinados tendremos las enfermedades comunes de hoy. Lo maravilloso es que cuando cambiamos nuestros hábitos alimentarios y comemos alimentos de verdad, comida de verdad, las células reciben lo que necesitan y responden llevándonos por el camino de la salud. Por eso, recuerda que tus decisiones importan mucho. Cuando las personas cambian a una alimentación basada en plantas su sistema inmunológico funciona como debe y entonces sigues avanzando por la senda de la salud. Es maravilloso seguir esta alimentación, pues previene las enfermedades no transmisibles, que son las ya nombradas y también las enfermedades infecciosas como son los resfríos, las gripes, etc. Pero, además puede revertir las enfermedades, o al menos detener el avance de ellas, dando más calidad de vida.

Todos sabemos que nuestro cuerpo es una maquinaria maravillosa. Tiene diferentes sistemas que tienden al equilibrio con el fin de mantener el bienestar integral. Uno de esos sistemas es el compuesto por las defensas, el cual llamamos sistema inmunológico, el que a su vez está conformado por una variedad de maravillosas células que cumplen fascinantes funciones a la hora de defendernos. Dentro de esas células las más comunes son los neutrófilos, los mastocitos, los macrófagos, linfocitos, etc. Estas células pueden  movilizarse hacia donde se les necesite y cumplen especificas funciones para defendernos. Además estas células pueden liberar diversas moléculas que generaran variadas reacciones y respuestas que se suman a los esfuerzos en la lucha por protegernos. Es sencillamente un ejército altamente organizado que llevamos dentro.

Es muy interesante que el primer frente de este ejercito lo encontramos en el aparato digestivo, en el aparato respiratorio, en la piel, en ojos, orejas y genitales. Esto porque allí hay mucosas que podrían ser una puerta de entrada para agentes externos. Por esta razón, hoy se sabe que allí hay grupos de células defensoras atentas para actuar en caso de ser necesario. Se les conoce como sistemas de mucosas inmunitarias. De esta forma, en el aparato digestivo, encontramos la primera gran barrera defensiva, trabajando en colaboración con nuestra microbiota. De hecho, por su tamaño, el intestino constituye el 80% de las posibles puertas de entrada desde el exterior hacia el interior de nuestro cuerpo, y por eso allí encontramos el 80% de este ejército.

Cuando este primer frente no logra defendernos, entonces entra en acción el segundo frente que es interno, conformado por células defensivas poco específicas, de acción rápida y sin memoria. Se le llama inmunidad innata. Por último, cuando este frente tampoco logra detener al agente extraño, entra en acción el equipo de alta especialización, que sería la inmunidad adaptativa, formado por células muy específicas para actuar y con memoria. Estas últimas, permiten por ejemplo, que tengamos varicela solo una vez en la vida. Pues, las células llamadas linfocitos de memoria recordarán a este virus y actuaran en forma rápida y eficaz para defendernos frente a un nuevo ataque del virus.

Como vez, lo interesante es lograr que estos 3 frentes actúen defendiéndonos oportunamente. Sin duda, te has dado cuenta que es fundamental tener en las mejores condiciones al primer frente, de esta forma los batallones internos puedan actuar en forma muy específica y rápida. Sin embargo, si el primer frente no esta cumpliendo bien sus funciones, dejaran pasar muchos agentes extraños, esto generara respuestas erradas y lentas de los batallones internos, no habrá especificidad ni rapidez. Esto resultara en alergias, en enfermedades autoinmunes, etc. Pues en estos casos el sistema innato y adaptativo se equivocan en sus respuestas por tener tantos agentes extraños que se confunden y puede atacar al propio cuerpo, generando estas enfermedades tan comunes hoy, junto a muchas otras. Es lo que pasa por ejemplo, cuando tenemos alergia a un alimento. Esta se produce porque el sistema innato se confunde, pues ataca la proteínas del alimento confundiéndola con un agente peligroso, pues se parecen.

Ahora, la pregunta clave es ¿Cómo mantener en mejor estado a estos tres frentes de batalla? Es decir, a todo nuestro sistema inmunológico.

Como has de suponer el estado de nuestras defensas también depende de nuestro estilo de vida, siendo de gran importancia, una vez más la alimentación. La ciencia ha corroborado que tener un sistema inmunológico activo y en buenas condiciones responde a un descanso y sueno reparadores, a tener una vida activa, manejar el estrés, a hidratarse, tomar sol para la vitamina D que es clave para este sistema, etc. También la evidencia muestra la importancia de la alimentación en este aspecto. Recuerda que lo comemos llega a cada una de nuestras células, incluidas las que nos defienden.

Como es sabido, las enfermedades comunes de hoy están relacionadas con la alimentación occidental. La grasa saturada, el azúcar refinado, la proteína animal y todo lo demás que tienen los productos que hoy se comen han dañado nuestros frentes de batalla y no pueden defendernos adecuadamente, generando procesos inflamatorios, que en condiciones normales serian una respuesta defensiva, pero que por las condiciones que generan estos productos en el cuerpo junto al estilo de vida moderno, se ha transformado en una inflamación crónica que conduce hacia estas enfermedades.

Recordemos que la alimentación occidental es pobre en fibra, nutrientes y fitonutrientes, que son claves para que estos batallones funciones en óptimas condiciones.

Por ello, no hay duda que la respuesta a cómo mantener en buen estado este sistema, y tener una super inmunidad, como dice el Dr. Joel Fuhrman, es tener una alimentación basada en plantas, sin procesar, o 100% integral. Así de simple. La evidencia científica lo corrobora y las personas lo refieren. Muchas son las historias de quienes han hecho el cambio. Sus relatos coinciden en que perdieron peso, desaparecieron la diabetes, la hipertensión, mejoro el estado de ánimo, desapareció el lupus, la artritis reumatoide, el hígado graso, se detiene el progreso de la enfermedad renal o del hipotiroidismo, puede revertirse un cáncer, salir de una depresión, revertir una enfermedad cardiaca, y la lista maravillosa sigue. Y a eso, las personas añaden otros muchos y variados beneficios, mejora el humor, mayor claridad para pensar y tomar decisiones, menos riesgo de enfermedades infecciosas, como la gripe, etc. etc. Todo como resultado de haber logrado una súper inmunidad.

Recuerda que una ABP debe ser altamente nutritiva, y no tienes que contar calorías. Es ordenada, en el sentido de los horarios. Puedes comer cada 5 a 6 horas y cenar temprano (3 a 4 horas antes de irte a dormir). Esta alimentación es la única que puede aportar micronutrientes de alta calidad, vitaminas y minerales tan esenciales para tener súper inmunidad. También es la única que puede aportar con los fitonutrientes o fitoquímicos que son los que ayudan a tus células a combatir contra las enfermedades, incluido el cáncer. Tanto los micronutrientes como los fitonutrientes pueden actuar como antioxidantes en nuestro cuerpo y protegernos del daño oxidativo de las células consecuente del exceso de radicales libres, los que también conducen a la inflamación celular y envejecimiento prematuro. La vitamina C, la vitamina E, el selenio, el folato, carotenos, y otros fitoquímicos tienen gran efecto antioxidante. Estas maravillosas sustancias las recibimos solo mediante las frutas, verduras, cereales integrales, semillas, etc. Los productos que venden carecen de ellos. Se llaman fitoquímicos precisamente porque vienen de las plantas, recuerda que fito quiere decir plantas. Con el fin de recibir los beneficios de los nutrientes y fitonutrientes es que debes variar tu alimentación, come distintas frutas, semillas, verduras, granos integrales, legumbres, etc. La variedad también puede ser guiada por los colores, consume alimentos blancos, morados, anaranjados, mucha hoja verde, amarillos, etc.

En el siguiente episodio veremos en forma específica una serie de alimentos vegetales que contribuyen a una súper inmunidad, tan poderosos que pueden protegerte del cáncer y aumentar tu esperanza de vida. ¡No te lo pierdas!

Recuerda que la ABP sin procesar o 100% integral no es una dieta restrictiva, es un estilo de vida. Una vez que lo adoptas, te sientes tan bien que no quieres volver atrás. El que lo abandona y vuelve a su alimentación antigua, pronto se da cuenta que volvió a su vida pasada llena de malestares y enfermedades. No permitas que eso te pase. Persevera y disfruta de tener una super inmunidad. ¡Es posible!

Estimados amigos, reflexionemos en lo fuerte que Dios hizo a la raza humana. Pensemos como ha sobrevivido por casi 6000 años, desde que fuimos creados, pese a la enorme cantidad de conductas no saludables que la humanidad ha practicado por miles de años, abusando de esta maravillosa maquinaria. El apóstol Pablo dice en 1 Corintios 6:19 y 20

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

Observa como nos llama a estar conscientes, a darnos cuenta de que somos un tesoro comprado por el precio de la sangre del Señor Jesús en la cruz del Calvario. Para Dios valemos más de lo que imaginas. ¿Cómo seguir estropeando este cuerpo maravilloso que ni siquiera nos pertenece? Sencillamente, no debemos. Es tiempo de avanzar y dar pasos de humilde obediencia ante Dios nuestro Creador y Redentor. El resultado final siempre será una super inmunidad que conducirá por el camino de la salud total, porque ese es el plan de Dios para cada uno de nosotros.