En el episodio #19 de «La Mesa del Remanente» Cesia repasa los elementos basicos del actual conocimiento sobre la microbiota.
Transcripción
Imagina que estas en un hermoso parque, lleno de árboles de distintos tonos, flores de muchísimos colores, pajarillos que cantan bellas melodías, animalitos pequeños corren de un lugar a otro, etc. Cada detalle de este lugar evidencia que ha sido cuidado con delicadeza y dedicación. Estar allí te inspira paz, alegría, felicidad, fuerza, etc. Ahora cambiemos de escenario, imagina un lugar árido, uno que otro arbusto medio seco, las flores están marchitas, hay insectos molestos, mal olor, etc. Seguro, ya no sientes lo mismo. Estas incomodo, un poco triste y de malhumor por este gran descuido que dejo el hermoso parque en este estado. Ya no hay belleza, ni armonía, ni equilibrio en el ecosistema. Sin duda, el ambiente externo influye en nuestro bienestar integral.
Pero ¿sabes? También tenemos todo un ecosistema interno, formado por diminutos seres. Si lo cuidamos adecuadamente, nos sentimos alegres, energéticos, creativos, estamos saludables. En cambio, si lo descuidamos también se afecta nuestro ser completo: nos sentimos fatigados, decaídos, tristes, una neblina empaña nuestros pensamientos y vamos perdiendo la salud y enfermamos ¿Qué será ese ecosistema interno, tan influyente en nuestro bienestar?
¿Has oído por ahí la palabra idiopático? Acompaña muchas veces a un diagnóstico médico, para señalar que la enfermedad es de causa desconocida, o al menos aun no ha sido determinada. Debo decir, que, a esta altura del siglo XXI, muchas de las enfermedades deberían dejar de tener el apellido “idiopático”, pues la evidencia científica es cada vez mayor para establecer que esas enfermedades y malestares están asociadas a un descuido de la nutrición, el pilar fundamental para tener salud. Tal es la importancia de la alimentación en el bienestar integral que debiera ser la primera intervención que realiza el equipo de salud. Si vas al dermatólogo, si vas al psiquiatra, o a cualquier especialista, su primera intervención debiera ser un cambio de la alimentación, y de otros hábitos. Es lo que algunos profesionales ya están haciendo y solo en 3 semanas la persona enferma puede ver el cambio positivo en su salud. Es fantástico. Sin embargo, muchos profesionales de salud, no reciben esta formación en sus universidades y tampoco revisan la evidencia científica reciente, pero peor aún no creen en que las personas seguirán ese cambio de alimentación. Aquí es donde toda la población debe actuar y demostrar que, si está dispuesta a cambiar sus malos hábitos para recuperar su salud. La verdadera salud resulta de ello, no de píldoras.
Enfermedades de todo tipo, dolores en la espalda, en las articulaciones, dolores de cabeza, mal humor, emociones como ira, agresividad, tristeza, pérdida de memoria, demencias, exceso de peso, son parte del cotidiano vivir de muchas personas hoy, pero eso puede cambiar. El conocimiento científico ha demostrado que estas enfermedades y malestares están asociadas a lo que comemos, al combustible que usamos para alimentar al ecosistema que llevamos dentro y que ha sido evidenciado como clave para tener o perder la salud.
Por años, hemos oído acerca de la flora intestinal y que si tomamos antibióticos le hacemos daño. Siempre hemos sabido que cargamos diminutos seres vivos, pero solo hasta hace unos pocos años atrás, hemos podido conocer y comprender los detalles de ese espectacular ecosistema que llevamos dentro y que es esencial para nuestro bienestar integral. Amigos, ese ecosistema interno es lo que hoy se conoce como microbiota y es una maravilla. Espero poder aportar con información precisa que te motive a cuidar de ella como a un tesoro que llevas en tu interior.
Primero debemos decir, que la microbiota la componen bacterias, virus, hongos y parásitos que llevamos en nuestro cuerpo, me refiero en el sistema digestivo, respiratorio, la piel, las mucosas de los ojos, orejas y genitales. Algunas personas usan el concepto microbioma, pero en este caso están incluyendo a esos diminutos seres, sus genes y su ambiente, solo te lo comento por si lo escuchas por ahí y no te confundas.
Seguro, ya te has dado cuenta que dado el tamaño de nuestro sistema digestivo la microbiota que encontramos en él es más abundante y tiene un gran impacto para la salud. Recuerda también algo muy importante, este sistema está conectado con el sistema nervioso central, cobrando aun mayor importancia para el bienestar integral. La microbiota del tubo digestivo se conoce como microbiota intestinal, la cual es fundamental para tener salud y de la cual profundizaremos en estos episodios.
De acuerdo a los más recientes estudios, la microbiota intestinal está conformada por más de 100 billones de microorganismos y pesa alrededor de 200 gramos, y encontramos más de 3 millones de genes en ellos (recuerda que nuestro genoma está conformado solo por aproximadamente 23000 genes). Como ves la diversidad de estos diminutos seres es increíble.
Se estima que como seres humanos compartimos solo un tercio de la microbiota, por lo tanto, la composición de la microbiota intestinal es única en cada individuo, como un sistema de identificación personal o como una huella digital. Sin embargo, en cualquier caso, cumplen las mismas funciones como digerir nutrientes que nosotros no podemos, producir vitaminas, etc. y se relacionan con la fundamental función de protección. Amigos, el tubo digestivo no es solo para digerir y absorber nutrientes, sino que también tiene que ver con gran parte de tus defensas, de hecho, allí está el 70 % de tus células inmunitarias. Debemos aprender a ver al intestino con otros ojos, ¿no crees? Aquí radica la importancia de la microbiota intestinal pues está íntimamente relacionada con el sistema inmunitario, constituyendo nuestra primera gran barrera defensiva. Solo cuando esta barrera es traspasada, comienzan a movilizarse las otras células del sistema inmune innato y luego las del sistema inmune adaptativo que son aún más específicas. Como vez, tener una microbiota intestinal saludable puede ayudarnos incluso a enfrentar de mejor forma al coronavirus, pues este desencadena una serie de reacciones muy inflamatorias, que podrían minimizarse con una microbiota efectiva.
Tal vez te estés preguntando como se produce esta diversidad de seres en tu interior. Eso depende de varios factores, algunos de los cuales podemos controlar y otros no. Comentemos primero el grupo de factores sobre los que no tenemos control, en este caso encontramos:
- La alimentación y hábitos de la madre durante el embarazo.
- El tipo de parto y la edad gestacional al momento del parto, es decir si es prematuro o de termino.
- La genética
- La edad
En este aspecto quiero comentar que la alimentación y los hábitos de la madre junto a los 1000 primeros días de vida de una persona son cruciales para determinar la salud futura de sus hijos. La ciencia lo está comprobando recientemente y los expertos insisten en la importancia de que la mujer se prepare cuidadosamente a la hora de pensar en tener un hijo y continuar su cuidado durante el embarazo, especialmente en lo que respecta a su nutrición. Recordemos también que la madre contribuye a la formación de la microbiota intestinal de su hijo o hija, durante el parto vaginal o natural y a través de la lactancia materna. Por ser tan esenciales, los grandes expertos en esta área recomiendan reducir al mínimo el parto por cesárea y fomentan la lactancia materna exclusiva, hasta la edad necesaria para incluir otros alimentos saludables que ayudaran a establecer esta microbiota. El mismo énfasis nutricional se hace sobre los primeros 1000 días, es decir los primeros 3 años de vida del ser humano. Su nutrición en esta época sentara las bases de todo su sistema inmunológico para enfrentar el mundo en las mejores condiciones. Por esto los expertos, sugieren también que debería limitarse al mínimo el uso de antibióticos, incluso algunos están fomentando que los pediatras indiquen probióticos como una forma de mejorar la respuesta frente a una infección y dejar el uso de antibióticos para casos muy particulares.
Veamos ahora, los factores sobre los cuales si puedes influir directamente para contribuir a la formación de tu microbiota intestinal:
- El entorno donde vivimos y nuestro contacto con él. Definitivamente vivir en un ambiente rural crea una microbiota diferente a si vives en un ambiente urbano. Si has o no jugado en la tierra, el tipo de actividad que realizas en tu ambiente, etc.
- El uso de medicamentos, como antibióticos, antiácidos, antidiabéticos, etc. Es necesario estar consiente que tomar medicinas afecta la microbiota intestinal, recuérdalo antes de llegar y tomar cualquier fármaco frente a mínimas molestias.
- El peso corporal que tenemos.
- La actividad física. Las personas que hacen ejercicio diariamente tienen una microbiota intestinal diferente al sedentario.
- El estrés. Es un factor de gran importancia pues puede alterar el equilibrio de la microbiota.
- La forma en que fuimos alimentados desde recién nacido.
- Tipo de alimentación que llevamos y la forma en que cocinamos, es decir tiempos de cocción de los alimentos, ingredientes que usamos, frituras, etc.
Los expertos indican que un factor crucial para una microbiota intestinal saludable seria la alimentación que llevamos. La alimentación occidental caracterizada por ser rica en azucares refinados, alta en grasas trans y saturadas, en productos más que en alimentos naturales, es decir comida procesada, siendo a la vez muy pobre en nutrientes y siendo extremadamente poco variada es lo que estaría dañando en gran manera nuestra microbiota intestinal y está siendo la causa de los procesos inflamatorios relacionados con la mayoría de las enfermedades existentes, incluso demencias y problemas psiquiátricos, y también con malestares como dolores crónicos en cualquier parte del cuerpo, y una fatiga constante.
Mantener este ecosistema interno en equilibrio depende de nuestra nutrición y hábitos alimentarios. Mantener en equilibrio la microbiota intestinal es clave para la salud. Sin embargo, la alimentación actual la ha desequilibrado y como consecuencia viene el proceso inflamatorio crónico, también llamado inflamación de bajo grado, es decir tenemos un sistema inmunológico activado en forma constante, produciendo sustancias químicas que terminan en enfermedades, malestares, dolores, etc. Los estudios demuestran que el desequilibrio de la microbiota intestinal está asociado a cuadros como dolores crónicos en articulaciones, dolores de cabeza, reacciones de hipoglicemia sin causa aparente, problemas de insomnio, no logras mantener un peso saludable, agresividad, demencia, incluso hay estudios preliminares de asociación con la enfermedad de Alzheimer y autismo. Como vez, mantener esta microbiota saludable es fundamental para tu bienestar integral. ¿Cómo hacerlo? Creo que lo primero es conocer de ella y comprender como funciona, para luego tomar conciencia y cuidarla con esmero, pues la salud lo vale. El primer y esencial cuidado es una buena nutrición. Por mientras quiero motivarte a que, a la hora de comer, pienses en que si lo que vas a meter en boca puede dañar tu microbiota y hacer que pierdas la salud. Si es así, decide no comerlo. Así funciona para establecer nuevas conexiones cerebrales y cambiar hábitos, ¿recuerdas? Cuando aprendí acerca de esto me pareció fascinante. Ahora, cada vez que me siento a la mesa, y comienzo a comer frutas, semillas, avena, etc. digo a mi familia, con palabras metafóricas, “mis bacterias están felices con este desayuno” y nos reímos, pero, aunque es gracioso, es real, es lo que sucede en nuestro tubo digestivo. De cómo alimentarte para cuidar tu microbiota intestinal y tener salud conversaremos en el siguiente episodio. Dios te bendiga.