En el episodio #8 de «La Mesa del Remanente» Cesia estudia sobre cómo los adventistas hemos hecho pequeñas concesiones en nuestra vida religiosa, a favor de nuestras pasiones y el amor al mundo, poniendo enfasis en las nuestras decisiones de alimentanción.

Transcripción

El Programa Amazing Facts, dirigido hoy por el Pr. Doug Batchelor ha sido una bendición para muchos en el mundo. Su fundador fue el Pr. Joe Crews, reconocido entre sus pares como un valiente soldado de Cristo, un líder visionario y audaz que tomo en serio su llamado pastoral. Con gracia y tacto presentaba las verdades y llamaba a los oyentes a alcanzar las normas cristianas más elevadas, en las áreas física, mental y espiritual. Sus contemporáneos, aun le recuerdan como un líder que realmente se preocupaba de llevar la salvación eterna a sus oyentes y dicen “Tristemente hoy quedan pocos como el,” “aunque sería fundamental que hubiera muchos” para advertir al pueblo de Dios la necesidad de apartarse del mal prevaleciente en nuestro tiempo. El enfatizaba que nuestra salvación corre peligro, pues hemos permitido múltiples y variadas concesiones sutiles.

Episodio de hoy: Concesiones alimentarias sutiles

El Pr. Crews en la década de los 70, escribió uno de sus más exitosos libros y lo titulo: Concesiones sutiles.  Es fascinante y claro. Te animo a leerlo, será de gran bendición. Allí, el analiza la falta de fidelidad y de obediencia que vive el pueblo de Dios, solo porque no aman al Señor con todo el corazón ni aprecian la verdad por completo, y describe una serie de permisos que el pueblo se ha permitido en este peregrinaje. El habla de las licencias que hemos tomado en relación, por ejemplo, a la música, la televisión, la moda, las joyas, el divorcio y la alimentación, haciendo un serio y profundo llamado a abandonarlas. Lo complejo de estas concesiones es que son sutiles y muy peligrosas. Pueden confundir la débil fe de los nuevos conversos o peor aún pueden hacer que algunos nunca se unan a las filas al ver nuestra debilidad y ambivalencia.  Así es amigos, no somos lo que deberíamos ser, somos tibios, ciegos, pobres y desnudos y esta situación solo cambiara cuando aceptemos lo que nos ofrece el Testigo Fiel y andemos en total obediencia. Tanto nos hemos acostumbrado a estas concesiones que juzgamos de fanáticos a los que quieren ser fieles a Dios, aun en lo que colocan en su mesa. Pero recuerda, criticar o mofarse de este mensaje es burlarse de su autor, Dios mismo. El juzga todas las cosas y los actos de quienes se burlan de este mensaje o de sus hijos no pasará desapercibido, recibirá su retribución si no hay arrepentimiento al respecto.

Nuestros hábitos alimentarios parecen ser la normalidad, lo que debe hacerse, pues todos lo hacen así. No somos conscientes que vivimos en forma desordenada, tal como el mundo. Por esto, tal vez te preguntes ¿qué permisos o concesiones hemos hecho en relación a la comida? ¡Te sorprenderá! Y solo nombrare las que me parecen más comunes y son realmente sutiles, pero recuerda son dañinas para la salud y afectan nuestro carácter:

  • Comer a horarios irregulares, me refiero a falta de horas regulares para las 2 o 3 comidas del día.
  • Comer entre comidas
  • Comer en exceso
  • Comer tarde en la noche
  • Comer demasiada azúcar
  • Preferir los alimentos refinados
  • No beber agua suficiente
  • Consumir bebidas cafeinadas, como el té, el café, etc.
  • Usar bebidas con bajo grado de alcohol
  • Consumir bebidas energizadas

Seguro que esta lista puede seguir creciendo. Cada uno, con humildad puede mirarse a sí mismo y ver que está haciendo mal al respecto para abandonarlo. Ellen White nos exhorta así

“Debemos dar cuenta a Dios por nuestros hábitos y prácticas… la pregunta que debemos hacernos … es ¿Cómo trataré yo, que pretendo ser un cristiano, la habitación que Dios me ha dado? ¿Trabajaré para lograr mi más alto bien temporal y espiritual al guardar mi cuerpo como templo para la morada del Espíritu Santo, o me abandonaré a las ideas y prácticas del mundo?”

Esto no es un juego, es un acto serio y consiente que haremos si realmente amamos al Señor. La misma autora lo explica mejor

“Cuando los hombres y las mujeres se convierten de verdad, respetan concienzudamente las leyes de la vida que Dios ha establecido en su ser, y así tratan de evitar la debilidad física, mental y moral. La obediencia a estas leyes ha de convertirse en un deber personal.”

Amigo, en Cristo podemos vencer y controlar el apetito.  Fue la primera victoria del Señor Jesús en el desierto y esta es la victoria que debe ganar todo hijo de Adán para ser salvo.

Tal vez pienses que estas concesiones son pequeñas, que no importan. Así hemos tranquilizado nuestra mente, justificado nuestras transgresiones y adormecido nuestra conciencia. Pero sabes, creo que todas ellas, junto a muchas más, que estamos llevando en otros aspectos de la vida, han sido parte del éxito de Satanás que dice a nuestro oído: “eso no es importante, no te preocupes, es tan pequeño, Dios no lo considera”. No es así amigos, “el que es fiel en lo muy poco, también en lo mayor será fiel.” Esta verdad bíblica también se aplica a la temperancia en el comer. Este principio nunca es al revés. Nunca seremos fieles en las cosas mayores que Dios nos pide si no podemos ser fieles en lo pequeño, o que al menos parece pequeño.

En relación a pensar que las cosas pequeñas no importan, el Pr. Crews relata en su libro la historia de una joven madre que había decidido bautizarse. Tenía gozo en su corazón, quería agradar a Dios y tras luchar mucho había abandonado su habito de toda la vida: beber café. Unos días antes del bautismo una hermana de iglesia la invito gentilmente a su casa y le ofreció una taza de café. Ella le explico que lo había dejado, pero la hermana insistió que aceptara el café. La joven madre se mantuvo firme y no acepto. Al día siguiente fue a hablar con el Pr. Crews y le hizo difíciles preguntas y nunca se bautizó. Amigos, las normas cristianas nos permiten testificar por Cristo, pero si vivimos como el mundo ¿qué testimonio podemos dar? Solo uno equivocado, pensando que las cosas pequeñas no importan. Pero, esa concesión o cosa pequeña puede ser una piedra de tropiezo para otro colocando en riesgo su salvación. Con esa visión en mente, lo pequeño dejar de serlo, ¿no crees?

El Pr. Crews escribió su libro 5 décadas atrás. Tristemente la situación que él veía en la iglesia de entonces, hoy es peor. La verdad del MpS es poco apreciada y menos practicada. He visto que algunas generaciones adventistas nunca oyeron un solo sermón al respecto e ignoraban totalmente este mensaje hasta que alguien les hablo de él en otras circunstancias. Esta realidad ha traído tristes consecuencias a la iglesia como un todo, la cual es reflejo de la experiencia cristiana individual y familiar. Amigos, necesitamos ser conscientes de esta realidad, pues de lo contrario no cambiara. En la vida actuamos cuando tenemos claridad de lo que nos pasa, cuando el medico nos da un diagnóstico claro buscamos el tratamiento correcto, ¿me comprendes?

A lo largo del tiempo, las concesiones alimentarias sutiles han marcado diferencias en nuestra salud. Pese a estas concesiones y gracias a que algunos continúan siendo estrictos en su estilo de vida, los estudios aun muestran que los adventistas viven más que la población general. Pero, ¿sabes? Cuando los investigadores dividen a los adventistas en vegetarianos estrictos, en lactoovogetarianos y en no vegetarianos, es interesante notar las diferencias en cuanto a enfermedades. Los adventistas más saludables y con un mejor peso son los vegetarianos estrictos, es decir los que no consumen productos de origen animal. En la actualidad, preocupa y entristece ver la cantidad de enfermedades de todo tipo en el pueblo de Dios. Amigos, la desobediencia a las leyes divinas de la salud ha tenido sus consecuencias entre el remanente. La enfermedad nunca fue el plan de Dios, sino que es el resultado de nuestras decisiones alimentarias y de hábitos de vida, como también lo dice la ciencia hoy.  El Señor quiere que tengamos vida en abundancia y nos dará salud total cuando nos vea obedecer sus preceptos, esa es la promesa.

En este asunto de los hábitos y concesiones que hemos hecho, como en otros aspectos de la vida cristiana, no estamos llamados a juzgar ni criticar a nuestro hermano. El llamado es a mirarse a sí mismo y avanzar. Pero, ¿sabes? si hay algo que podemos hacer por nuestro hermano, pues somos guarda de nuestro hermano. Con amor y paciencia podemos instruir y apoyar en este proceso de decisiones y cambios, podemos orar y esperar que el Espíritu Santo complete la buena obra que un día comenzó. Sin duda, en esto hay una responsabilidad individual, pero también hay una colectiva. Como cuerpo organizado debemos contribuir en esta área y exhortarnos a amar de verdad al Señor y así tener un estilo de vida conforme al corazón de Dios.

Apreciados amigos, cuando amemos a Dios con todo el corazón, haremos todo para complacerlo, aun las cosas pequeñas, y no será una carga, sino un placer. Es tiempo de tomar conciencia de estas concesiones alimentarias sutiles y abandonarlas, pues por muy pequeñas que sean pueden ser la diferencia entre la propia salvación o la del prójimo.